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Papá y Mamá, identificad vuestro estilo educativo para mejorar el desarrollo de vuestros hijos


¿qué es educar?

La educación consiste en proveer a vuestros hijos de todo lo que necesiten para un desarrollo que permita su ajuste a la sociedad, es decir, para comportarse libre y responsablemente dentro de su cultura, aceptando las normas que facilitan la relación interpersonal. Como vimos en el Post anterior sobre las necesidades, aparte de alimento, aseo y abrigo, también necesitan sentirse seguros y queridos por vosotros, ya que los niños seguros y queridos muestran una mayor autoestima que les permite adquirir la capacidad de asumir ciertas responsabilidades y de adaptarse a las demandas del entorno de forma eficaz. Todo esto, debéis transmitirlo a vuestros hijos, porque es algo que no se enseña en la escuela. Es una tarea que no podéis, vosotros los padres, delegar en otras personas o instituciones, como la escuela por ejemplo.

De esto, se puede inferir la importancia que tiene la educación sobre el desarrollo de vuestros hijos, ya que la forma en que son satisfechas sus necesidades condicionará cómo se comportará, sentirá y pensará en el futuro, y esto depende del estilo educativo que empleéis.

Estilos educativos y sus consecuencias en el desarrollo de nuestros hijos

Los estilos educativos son las formas con las que interactuáis con vuestros hijos en el día a día, en la toma de decisiones y en la resolución de conflictos. Los psicólogos evolutivos se han preocupado, durante décadas, por buscar los ingredientes que, combinados, influyen en la educación y el desarrollo de los niños. Entre los ingredientes encontrados los más importantes son:

- afecto: grado en que se expresa el amor

-comunicación: grado en que se emplea el diálogo, lo que implica la “escucha activa” que consiste en entender el punto de vista, sentimientos e información que vuestro hijo os transmite en la comunicación

-control y exigencia: modo y grado en que se establecen límites y normas

-autonomía: grado en que se promueve un comportamiento independiente y responsable acorde con la edad.

De la combinación de estos factores surgen distintos estilos educativos:

Padres autoritarios (altos en control/exigencia y bajos en afecto/comunicación): valoran la obediencia como una virtud . Utilizan medidas de castigo o de fuerza, y están de acuerdo en mantener a los niños en un papel subordinado y en restringir su autonomía(emplean expresiones del tipo: "los hijos tienen el deber de obedecer" "Aquí se hace lo que yo diga"). Se esfuerzan en influir, controlar y evaluar el comportamiento de sus hijos en función de unos patrones rígidos (emplean expresiones del tipo: "Así no se hace" "Lo vas a tirar"). No facilitan el diálogo, e incluso llegan a utilizar el rechazo como medida disciplinaria emplean expresiones del tipo:("Haberte portado como es debido esta mañana" "No tengo ganas de hablar contigo después de lo que has hecho" "Y no hay más que hablar"). Este estilo es el que tiene más repercusiones negativas en el desarrollo de los hijos, puesto que muestran falta de autonomía personal y creatividad, menor competencia social, baja autoestima y genera niños descontentos, reservados, poco tenaces, poco comunicativos y afectuosos y con tendencia a tener una pobre interiorización de valores.

Padres permisivos (bajos en control/exigencia y altos en afecto/comunicación): dotan al menor de gran autonomía (emplean expresiones del tipo: "Déjale que así aprende"), siempre que no esté en peligro su integridad física, ya que los padres ansiosos tienden a ser sobreprotectores mermando la autonomía de sus hijos (emplean expresiones del tipo: "Ten cuidado con lo que estas haciendo" "ya te lo traigo yo" "Lo vas a tirar"). Su máxima es satisfacer los deseos de sus hijos, evitándoles toda frustración, liberándoles de todo control y evitando emplear la autoridad, el castigo o las restricciones para disciplinar. Se comporta de una forma afirmativa, aceptadora y benigna hacia los impulsos y las acciones del niño. No son exigentes en cuanto a la madurez y responsabilidad en las tareas. El problema viene dado porque los padres no son siempre capaces de marcar límites en la permisividad, pudiendo llegar a producir efectos socializadores negativos en cuanto a conductas agresivas y logros de independencia. Tenemos a niños aparentemente alegres y vitales, pero dependientes, con altos niveles de conducta antisocial y bajos niveles de madurez y éxito personal.

Padres indiferentes (bajos en control/exigencia y en afecto/comunicación): son similares al estilo permisivo en cuanto al control, pero en este estilo no se tienen en cuenta las necesidades del niño, educan según las necesidades de los propios padres (emplean expresiones del tipo: "no chilles que estoy viendo la televisión" ).

Padres democráticos (altos en control/exigencia y altos en afecto/comunicación): intentan dirigir la actividad del niño, pero utilizan el razonamiento y la negociación, no imponen. Tienden a dirigir la actividad del niño de una manera racional, partiendo de una aceptación de los derechos y deberes propios, así como de los derechos y deberes de los niños, es decir, cada miembro de la familia tiene derechos y responsabilidades con respecto a los demás. Se caracteriza por la comunicación bidireccional y por el énfasis entre la responsabilidad social de las acciones y el desarrollo de la autonomía e independencia en el menor. Presentan normas claras y flexibles, conocen y se dedican a sus hijos, corrigen en lo importante, saben elogiar y reconocer el mérito y comunican con lenguaje positivo. Este estilo produce, por regla general, efectos positivos en la socialización: desarrollo de competencias sociales, elevada autoestima y bienestar psicológico, así como un nivel inferior de conflictos entre padres e hijos. Estamos hablando de niños interactivos, hábiles en las relaciones con los iguales, independientes y cariñosos.

A la vista de lo expuesto, todos los estilos tienen sus pros y sus contras y el objetivo de la educación positiva que se enseña en las escuelas para padres es alcanzar el estilo educativo que ofrezca más beneficios, o sea el más adecuado para el desarrollo de vuestros hijos, y no cabe duda de que, ese estilo, es el democrático.


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