YO ELIJO CÓMO VIVIR LOS PROBLEMAS

Un día, el burro de un campesino cayó a un pozo. El animal lloró y rebuznó fuertemente durante horas. Mientras, el campesino trataba de buscar alguna solución para sacarlo.
Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba muy mayor y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; así que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo.
Entonces invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Todos y cada uno de ellos cogieron una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo.
El burro en el fondo del pozo, cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, lloró desconsoladamente. Pero poco después, para sorpresa de todos, se tranquilizó y dejó de llorar.
El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio, con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso hacia arriba. Muy pronto todos vieron sorprendidos cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando...
Este es un conocido cuento que he querido compartir porque me encanta su enseñanza, enseñanza que se ajusta a la vida misma.
Una lección, que puede extraerse, es que todos pasamos por situaciones problemáticas, pero éstas pueden ser un trampolín para mejorar, así, por mucha tierra que la vida nos tire encima, podemos salir del pozo, siempre que no nos demos por vencidos y hagamos algo para cambiar la situación, es decir, es necesario actuar como el segundo burro, sacudirse la tierra y usarla para salir.
Nunca te des por vencido. Nada ni nadie puede derrotarte si tú no te das por vencido antes.
¡¡¡¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!!!!
Otra lección interesante es que podemos elegir cómo vivir los problemas, podemos vivirlos como víctimas indefensas, como un castigo o como una oportunidad de crecimiento.
Y tú, ¿cómo vives los problemas, como el primer burro o como el segundo?